En Movimiento Anansé, étnica y Archivo Negro somos unas apasionadas de las estéticas africanas y curar la colección de Sylvia del Villard ha sido un lujo y un privilegio. Llegar en dos ocasiones a la Colección Fotográfica del Periódico El Mundo de la Biblioteca Digital de la Universidad de Puerto Rico y encontrar tesoros en sobres con las fotografías de Sylvia, fue un viaje mágico desde el Caribe hasta África y de ahí a las Américas con varias rutas de ida y vuelta. En la mayoría de las fotografías (que a pesar de estar su mayoría en blanco y negro) le vemos la piel brillar a Sylvia. Podemos imaginar casi adivinando los colores de las telas africanas, podemos ver si las múltiples pulseras que adornan sus manos y muñecas son de plata, oro o bronce. Podemos intuir cómo fue el movimiento y la danza antes y después de la milésima de segundo que capturó la cámara. La podemos escuchar a ella y a su ballet folclórico, podemos sentir su fuerza, escuchar sus pasos y vibras con su energía y la de los tambores.
Además de ver su exquisitez, con ese maquillaje que hace más evidente sus facciones de diosa africana, de asombrarnos con sus abdominales y la fuerza de sus brazos, de observar las telas, los turbantes y caracoles enmarcados en esas poses y ademanes, tuvimos la oportunidad de ver los Archivos Digitales del Periódico El Mundo en el portal de Acceso Abierto del Center for Research Libraries. En esas páginas de periódico digitalizadas fuimos testigos de las palabras, adjetivos y titulares que documentaron la gestión de Sylvia del Villard. Leímos cómo fue identificada como una mujer virtuosa, sacrificada, segura, como un bálsamo…
Uno de los escritos más trascendentales que encontré en el Periódico El Mundo sobre Sylvia fueron las palabras leídas por el intelectual, humanista y periodista José Ferrer Canales en el Instituto de Cultura Puertorriqueña el 7 de febrero de 1990 mientras los restos de la artista estaban en Capilla Ardiente. Sus palabras afirmaron que: “Sylvia del Villard amorosamente, conscientemente acentuó el valor de las raíces, las que nos vinculan a nuestra madre África, a sus ritmos, a sus leyendas, a sus legítimos sueños y esperanzas de libertad, a su heroísmo, a la profundidad y múltiples dimensiones de su rica cultura. Vi a Sylvia en sus bailes. La vi educando a jóvenes artistas en el misterio y la complejidad de un arte que ella misma iba descubriendo y describiendo con pasión, amor e inteligencia. Escuché a Sylvia hablar sobre aspectos de la cultura negra- concretamente sobre antropología y estética… Más allá de su delgadez física, Sylvia era todo fortaleza, todo vibración. Era un alma lúcida con un credo dinámico, democrático, antirracista, libertador, que a todos nos abrazaba cordialmente. Ahora, sin ataduras físicas, libre de sombras, Sylvia del Villard, artista, defensora de derechos humanos, maestra de juventudes, de puertorriqueñidad y antillanía, con la bandera de la patria y universo, entra en el ciclo de la inmortalidad. Entra definitivamente en la historia de su pueblo agradecido y conmovido por la trascendencia estética y sobre todo, ética, de su vida ejemplar." Estas palabras de Ferrer Canales son la mejor evidencia de la grandeza y magnitud de Sylvia del Villard.
También capturaron mi atención las palabras de la Dra. Ana Luis Durán que describió a Sylvia siempre de manera ejemplar: “La voz de esta cantante puertorriqueña, natural de Santurce, es llena, rica, segura de sus notas”. Añadió en uno de los reportajes:
“Un espectáculo de Sylvia del Villard significa, además de los valores estéticos envueltos, y a través de ellos, un bálsamo, y una lección de auto-conocimiento para los boricuas de sangre africana. Así como para los boricuas que no la reconocen”.
- Dra. Ana Luis Durán
Sylvia nos dejó grandes aportaciones. Con la Colección de Sylvia del Villard en nuestro Archivo Negro la honramos y le hacemos justicia a la artista negra más completa que hemos tenido. Le hacemos justicia a su gesta como antropóloga. Le hacemos justicia y denunciamos el racismo sistémico que no permite a la niñez y juventud del País el conocer de Sylvia. Denunciamos su invisibilización y como ella nos afirmamos y nos reafirmamos en nuestra negritud. Como dijo ella una vez al Periódico El Mundo: “Yo soy negra completa”.
Gracias, Sylvia por tu legado. ¡La bendición, ancestra!